Yoga es unión. Es la integración en armonía de todos los niveles del ser humano: cuerpo, mente y espíritu y, por otro lado, es la unión de la persona con el Universo. El Yoga trasciende más allá del movimiento del cuerpo, es una enseñanza profunda de cómo relacionarnos con nuestro interior y con el exterior.
Es una práctica integral que combina movimientos físicos, técnicas de respiración y meditación para promover el equilibrio entre el mundo físico y el mundo mental.
La práctica del Yoga aporta a nuestro cuerpo mayor resistencia y flexibilidad, reducción de dolores crónicos, fortalece el sistema inmunológico, equilibra el Sistema Nervioso y aumento de fuerza, entre otros múltiples beneficios.
Hatha yoga significa disciplina de fuerza, una fuerza que busca el equilibrio de las polaridades que se hallan en nuestro interior.
En sánscrito “Ha” significa Sol y “Tha” significa luna. El Hatha es uno de los estilos más populares e intactos a lo largo de los años, y del cual surgen los otros yogas físicos. A través de las distintas asanas (posturas) busca equilibrar la fuerza del sol, que corresponde a la energía de la acción, el movimiento y el impulso; y la fuerza lunar, que corresponde a la energía de la relajación, la introspección y la pausa.
Es un estilo apto para todas las personas y niveles, en función de la clase y su objetivo el nivel de intensidad variará.
Permite trabajar la fuerza física, la presencia mental y el control de la respiración, aumentando la energía vital y proporcionando equilibrio entre mente y cuerpo.
El Yin Yoga es una práctica sencilla, pero intensa tanto en el plano físico como mental.
Las asanas (posturas) se mantienen de 2 a 5 minutos, este tiempo nos permite un estado de profundización y concentración, ayudando así a calmar la mente y relajar la musculatura hasta los tejidos más profundos (ligamentos, tendones, fascias, huesos y articulaciones), favoreciendo la regeneración y la liberación de tensiones en el plano físico, emocional y mental.
Sostener la postura durante varios minutos permite estimular la energía vital (el Chi o Qi), conectar con la pausa, la no acción y el no movimiento, lo que nos prepara para entrar en un estado de concentración y presencia. La práctica de Yin, al ser pasiva, nos ayuda a reequilibrar un estilo de vida Yang, conectado con el exceso de movimiento, estrés, acción y falta de tiempo.
Es un estilo apto para cualquier persona y muy recomendado para deportistas, puesto que fortalece los tejidos más profundos, aportando estabilidad estructural, un movimiento más firme y flexible y mayor fortaleza.
En el hinduismo y en el budismo un mandala es un dibujo complejo en forma de diagrama, y representa un símbolo espiritual conectado con la integridad, la presencia y la regulación de las distintas fuerzas que mueven el universo.
El estilo mandala en el Yoga se basa en una serie de ejercicios de secuencia circular, un estilo divertido y dinámico que permite transitar por distintas asanas (posturas), algunas más activadoras y otras de mayor concentración.
A través de una secuencia dinámica, se entrelazan ejercicios fluidos que van generando un movimiento de patrón circular alrededor del mat (esterilla).
El Mandala Flow promueve el movimiento de las articulaciones, la coordinación del cuerpo y la respiración, la concentración, la fuerza, el equilibrio y la flexibilidad.
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