Siempre me he caracterizado por ser una persona muy curiosa. Me mueve el estar aprendiendo constantemente; me encanta entender y comprender los entresijos de la vida para poder disfrutarla y darle sentido al Camino. Siempre intento ver un poquito más allá del mundo y las personas, cultivar una mirada profunda de las cosas, apreciando lo sencillo y genuino… Porque si algo he tenido siempre claro, es que no quiero pasar de puntillas por la vida. 

Desde pequeña soñaba con despertar un día y tener superpoderes, soñaba con saber todos los idiomas del mundo para poder comunicarme con cualquier persona y saber sobre ella. Soñaba poder hablar con todos los animales y averiguar qué piensan, qué les mueve, qué sienten… Soñaba también con la idea de poderme teletransportar a cualquier lugar y conocer todas las culturas y exprimir al máximo el Tiempo de Vida. 

Soñar y soñar con esos 3 superpoderes me llevaron, obviamente, a comprender que si mi Alma llevaba escrito algún plan, ese era dedicarme a acompañar a personas en las distintas transiciones vitales. 

Y no, no me equivoqué, sin duda volvería a estudiar psicología y volvería a elegir mi profesión.  

Lo que Soy es todo lo que pongo a disposición en cada visita, en cada persona y en cada vida que he acompañado. La terapia, para mí, es una expresión de amor, de cuidado y de confianza entre terapeuta y paciente. 

Gracias por haber llegado hasta aquí. 

Gracias por confiar en las posibilidades de tu camino.

Gracias por confiar en mí. 

Abrazo pleno, 

Ana.